Sin lugar a dudas, el año 2018 ha sido un hito en la historia del sector de la elevación en España.
Después de un aciago 2017 en el que noticias sobre víctimas de accidentes de ascensores saltaron a la primera página de los medios de comunicación, el sector se enfrentó a una encrucijada en la que nunca antes se había encontrado.
Una crisis económica profunda que había durado una década dejaba al sector del ascensor muy tocado. Una liberalización mal entendida había eliminado los tradicionales muros de contención de toda una industria. A la relajación de la regulaciones que vino cinco años antes de la mano del RD 88/2013, le acompañó una guerra de precios que no benefició a nadie y que perjudicó a todos por la bajada de los niveles de seguridad y calidad del servicio. La guerra de precios, que se podía haber quedado en escaramuzas de unas pocas empresas, estalló cuando se sumaron las empresas más grandes con todo su poderío financiero.
Después de este tsunami económico y social, llegó la hora de reparar los daños y reconstruir una infraestructura industrial y una oferta de productos y servicios que habían sido ejemplo para otros sectores. En ese momento, todos los agentes públicos, económicos y sociales se pusieron manos a la obra para trabajar codo con codo en esta tarea.
De estos agentes sobresalió un grupo de pymes, organizadas en torno a Fepyma, que se había ido forjando a lo largo de años, pero que hasta entonces no había sido tenida en la suficiente consideración. El ministerio, llamado a liderar el necesario cambio normativo, convocó a comunidades autónomas, asociaciones empresariales, sindicatos y demás colectivos interesados y pidió que se escuchara a todos. En ese momento, las pymes, a través de su organización Fepyma, estaban preparadas para aportar ideas con seriedad y solvencia profesional.
Las pymes ascensoristas ya habían empezado en 2017 a organizar encuentros presenciales en Sevilla, Madrid y Valencia y encuentros online para elaborar propuestas de cambio que evitaran desgraciados accidentes como los que ocurrieron ese mismo año. Entre las propuestas, estaba la antigua solicitud de las pymes de incluir un listado de verificación obligatorio en la actividad de mantenimiento de ascensores.
Para aunar los esfuerzos de todos y consensuar las líneas estratégicas del nuevo rumbo, las pymes ascensoristas empezaron 2018 con la organización de un congreso que será recordado durante muchos años. El I Congreso nacional de pymes ascensoristas convocó en Madrid a los responsables máximos del ministerio y de las comunidades autónomas, de las organizaciones empresariales y sindicales, organismos de control, colegios profesionales de administradores de fincas, a los líderes de I+D y de fabricación de ascensores y componentes, economistas, expertos en comunicación, técnicos de prevención…
Las conclusiones fueron claras y contundentes. Tenemos que poner pie en pared frente a actuaciones de mercado que ponen en peligro los niveles de calidad y seguridad. Frente a la búsqueda permanente de la eficiencia económica como principal prioridad, hay que hacer un enorme esfuerzo colectivo para que se respeten una serie de líneas rojas como el respeto al trabajo bien hecho, a la dignidad de los trabajadores y de todas las empresas del sector, independientemente de su tamaño. Como resultado del Congreso, los participantes firmaron el Manifiesto por la Seguridad y Calidad del Servicio de Instalación y Mantenimiento, que hoy día sigue recibiendo adhesiones.
Las pymes, conscientes de su papel en un sector en el que el conocimiento del oficio debe primar sobre criterios económicos-financieros, en el que lo importante no se resuelve en despachos, sino día a día en los huecos de los ascensores, actuaron con responsabilidad y generosidad. En el Congreso de Madrid, gerentes de pymes ascensoristas se vistieron de chaqueta y corbata y participaron activamente desde la tribuna para moderar mesas de trabajo o desde el público para demostrar que no solo saben arreglar con sus manos un ascensor y atender averías, sino que también pueden liderar un proceso de cambio en su industria.
A partir de ahí, durante 2018 hubo más jornadas sobre la seguridad y la calidad del servicio en Barcelona, Bilbao y Granada con representantes públicos y privados en el que se puso también en valor la oferta superior que ofrecen las pymes en la actividad de mantenimiento y su importancia en la economía local.
En las reuniones convocadas en Madrid por el ministerio, Fepyma ha trabajado activamente para influir sobre la nueva ITC que previsiblemente verá la luz a finales de este año o a más tardar en 2020. Igualmente los miembros del Comité Técnico de Fepyma han contribuido en numerosas reuniones dentro de la UNE, en el Grupo de Trabajo 4 de Comité Técnico de Normalización CTN 58, para la definición del listado de comprobación obligatorio en las revisiones periódicas de mantenimiento preventivo.
Además, siempre de la mano de empresas proveedoras que apoyan año tras año la actividad de las pymes, se celebró una Reunión Técnica Online por trimestre, en la que se trataron temas clave para el desarrollo de la actividad como las modificaciones importantes, la acreditación de las competencias profesionales, la problemática del servicio multimarca, la inspección periódica de ascensores…
Estas reuniones, conjuntamente con los grupos de wasap de directivos y técnicos en los que hay una intensa actividad de intercambio de información, se ha creado una red de comunicación entre empresas del que difícilmente se podrá prescindir en el futuro. Son buena prueba de que cuando las pymes trabajan juntas no hay reto que se le resista.
A través de las redes sociales (Linkedin, Facebook y Twitter), Fepyma ha estado presente informando de sus actividades y apoyando la actividad de sus empresas asociadas y patrocinadoras.
Las pymes también son conocedoras de que no pueden ir solas en la búsqueda de una industria excelente. Por ello, la relación con Feeda, la otra gran federación del sector, se ha intensificado, gracias a una generosa disposición por su parte. Después de un intercambio de invitaciones a jornadas organizadas por separado (primer Congreso nacional de pymes en febrero de Fepyma y Jornada sectorial en junio de Feeda), en el mes de noviembre ambas federaciones organizan juntas por primera vez un gran encuentro en Antequera para tratar, junto a autoridades públicas y representantes de colectivos interesados, temas como los cambios normativos o la accesibilidad.
Reconociendo las diferentes necesidades que tienen las pymes frente a las grandes empresas, queda demostrado que la colaboración entre ambas federaciones solo pueden beneficiar al sector, empresas, trabajadores y usuarios, en su conjunto.
En relación a la importantísima actividad de inspección de ascensores, representantes de Fepyma también han participado invitados por la federación española de organismos de control (Fedaoc) en jornadas en las que se han vuelto a poner encima de la mesa la realidad de una actividad clave en nuestro sector que se ha deteriorado en la última década.
Por último, 2018 ha sido también un año en el que las pymes españolas han vuelto a Europa con Fepyma como miembro de pleno derecho de la Federación europea de pymes ascensoristas Efesme. Hemos visto cómo el tsunami económico y social que hemos sufrido estos últimos años tuvo su epicentro en los cambios normativos adoptados por el Consejo y por el Parlamento Europeo desde Bruselas. Las normas técnicas que regulan nuestra actividad también se elaboran allí fundamentalmente con la ausencia de las pymes europeas.
No es una opción, sino una obligación, participar activamente con otras pymes europeas en la creación de una normativa y en la configuración de una industria que tiene en la dimensión europea la mejor garantía para afrontar los objetivos que queremos. Han sido varios los encuentros europeos en los que hemos participado de manera destacada.
Si pudiéramos resumir el año, diríamos que 2018 ha sido el año de la colaboración entre entidades y organizaciones tradicionalmente aisladas unas de otras, en el que las pymes ascensoristas, a través de Fepyma, han jugado un papel fundamental. Por supuesto, queda mucho por hacer a nivel local, regional, nacional y europeo, pero la voz de las micropymes y las pymes ascensoristas ha sonado alta y clara y ha llegado para quedarse.
La colaboración la hacen personas y por ello tenemos que realizar un agradecimiento al personal de las empresas asociadas a Fepyma que contribuye día a día de una manera u otra a esta tarea, a las empresas patrocinadoras de Fepyma, a las juntas directivas y a los directivos de las federaciones hermanas, a los representantes de colegios profesionales, representantes sindicales, colectivos de personas con discapacidad, agrupaciones de vecinos y a los servidores públicos que trabajan desde las distintas entidades públicas por su generosidad y profesionalidad.
Desde Fepyma, este año que empieza, nos queremos asegurar de que nos seguimos acercando a la meta de “accidentes cero”, de que el oficio de ascensorista se prestigia, de que los decisores son conscientes de que en el servicio de ascensores es mejor la calidad que la cantidad, de que en el progreso tecnológico el que quiera, por pequeño que sea, no se va a quedar atrás, y de que en la necesaria transformación económica y social de nuestra sociedad, el sector del ascensor va a ser un ejemplo a seguir.